¿Qué celebramos este 21 de mayo? Columna del profesor de Historia y Geografía Gary Witker Barrera

Columna del profesor de Historia y Geografía Gary Witker Barrera, docente de la Escuela F-90 de Mininco.

¿Qué celebramos este 21 de mayo?

Sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más importantes de nuestra corta vida republicana como país, el día del combate naval de Iquique y honrar a nuestras glorias navales.

Hay pocos hechos en la Historia Universal que puedan compararse con la gesta desarrollada en la bahía de Iquique aquel 21 de mayo de 1879, no tan sólo por el ejemplo de heroísmo del Comandante Arturo Prat Chacón y la dotación de la corbeta “Esmeralda”, sino que también por el significado y repercusiones que ésta tuvo en el desarrollo de los acontecimientos posteriores.

Como profesores y formadores de las nuevas generaciones no podemos dejar de engrandecer a nuestros  héroes de la patria.  Aprender y enseñar historia no es sólo estudiar acontecimientos, si no también reflexionar críticamente sobre la génesis de estos hechos, contextualizarlos y establecer conexiones con el presente.

Este día recordamos una de las batallas que se libraron durante la Guerra del Pacífico, el Combate naval de Iquique, y a los hombres que participaron en ella. En esa ocasión se enfrentaron las naves Esmeralda y Covadonga de Chile, y el ‘Huáscar’ y la Independencia de Perú.

El Combate Naval de Iquique no fue un gran triunfo para el ejército chileno. Sin embargo, hoy lo recordamos como uno de los ejemplos de valor y amor a la patria más destacados de nuestra historia.

Al declarar la guerra Chile a los aliados, Perú y Bolivia, 05 de abril de 1879, la Escuadra chilena inició de inmediato el bloqueo del puerto peruano de Iquique, con la intención de obligar a la escuadra enemiga a romperlo y disputar el dominio del mar.

El 16 de mayo de 1879, el Comandante en Jefe de la Escuadra chilena, Almirante Juan Williams Rebolledo, ante la inactividad de sus naves, como consecuencia de la ausencia de la escuadra peruana, que de acuerdo a información que disponía, se mantenía en El Callao, presionado además por las críticas que le hacían por no adoptar una actitud más decidida, tomó la resolución de expedicionar sobre el principal puerto peruano: El Callao. Zarpó con todos los buques disponibles, a excepción de la corbeta “Esmeralda” y la goleta cañonera “Covadonga”, viejas naves, unidas desde tiempos de la Guerra contra España.

Como Jefe de Bahía, vale decir como jefe de la agrupación, quedó el Comandante Prat.

El miércoles 21 de mayo, el bloqueo se mantenía como de costumbre. Esa mañana la “Covadonga” patrullaba el exterior de la bahía. Cubrían la guardia el teniente Manuel Joaquín Orella y el Guardiamarina Miguel Sanz. Al alba, el horizonte estaba cubierto por una espesa neblina. A las seis horas y treinta minutos el vigía de la cofa gritó: “¡Humos al norte!”.

De inmediato se mandó a avisar al Comandante Condell, quien dormía en su camarote, subió rápidamente a cubierta, reconoció que ambos buques eran el “Huáscar” y la “Independencia”, e izó rápidamente la señal “enemigo a la vista” y lo afirmó con un cañonazo de advertencia para la “Esmeralda”.

A las 10 de la mañana de ese 21 de mayo, el monitor peruano Huáscar disparó 47 proyectiles que terminaron hundiendo a la emblemática Esmeralda. Pero, antes de morir, el capitán del navío Arturo Prat Chacón dio un discurso a su tripulación que quedaría marcado en la historia: “muchachos: la contienda es desigual! Nunca nuestra bandera se ha arriado ante el enemigo, espero pues que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo, esa bandera flameará en su lugar, y os aseguro que si muero, mis oficiales sabrá200px-Prat_Muerten cumplir con su deber. ¡Viva Chile!

La Esmeralda fue hundida por el Huáscar, falleciendo casi toda su tripulación, incluyendo a su comandante, quién murió al intentar abordar el buque enemigo, pasando a la historia como héroe nacional.

Fue el día en que los hombres de la frágil Esmeralda,  dieron su vida por una causa que les parecía justa y necesaria, en un combate muy desigual contra la tripulación del poderoso Huáscar. A su heroísmo, se unió el triunfo de la astucia y habilidad de los marinos de la Covadonga -acertadamente comandada por Carlos Condell-, que permitió inutilizar uno de los dos acorazados peruanos, la Independencia.

El combate naval de Iquique es la acción más heroica que recuerde la historia naval chilena, y sus protagonistas, el comandante Arturo Prat Chacón, junto a sus inolvidables palabras, deja inmortalizado para siempre el valor del marino Chileno.

Gentileza: 

Gary Witker Barrera
Profesor de Historia y Geografía
Diplomado en Gestión del Patrimonio Cultural
Universidad San Sebastián