MI HIJO HABLA MAL
El lenguaje, es una capacidad distintiva del ser humano, una característica surgida de la evolución del hombre que nace propiamente de la necesidad de una comunidad coordinada. Por ello, la función casi por excelencia dentro de las oportunidades que nos ofrece el lenguaje, es la integración social.
El ser humano, nace programado para el aprendizaje del lenguaje. Sin ir más lejos el aclamado lingüista Noam Chomsky, nos plantea que el niño nace con una información genética especializada que le permite conocer las diversas estructuras de la lengua utilizada por su medio social; analizarla, diferenciarla y hacerla propia para su uso.
Por tanto, el desarrollo no se produce por un mecanismo de imitación y refuerzo de lo que se escucha, sino que se trata de algo más complejo, un acceso íntimo a los códigos que lo componen. Es decir, al adquirir el lenguaje, el niño no lo percibe como una gran estructura, sino más bien, en base a lo que percibe produce y crea sus propias normas e hipótesis, las cuales refuerza dependiendo de su efectividad en la comunicación.
La influencia del medio social en este proceso, cumple un papel fundamental como estimulo de refuerzo positivo o negativo. La emoción y afectividad percibida por un individuo desde los primeros años de vida, son fundamentales, he ahí la importancia del apego materno. Si por ejemplo nos fijamos en un bebé que no ha sido estimulado adecuadamente, encontraremos que existe un rezago en el intento de intercambio comunicativo con el adulto. Llevándolo propiamente al tema principal, un niño con problemas de lenguaje que posea un entorno afectivo potenciará su autoestima, sobrellevando de mejor forma las situaciones en las que se ponga a prueba su desventaja con respecto a sus pares.
Pero vamos un poco más allá. ¿Qué es el trastorno del lenguaje del que tanto hablan?
El trastorno de lenguaje o TEL se define como “todo inicio y desarrollo enlentecido del lenguaje que no pueda ser explicado con algún tipo de déficit sensorial (por ejemplo auditivo) o motor, ni con deficiencia mental, trastornos psicopatológicos, privación socioafectiva o lesiones cerebrales evidentes”.
En Chile, la población de niños que poseen trastornos del lenguaje bordea el 5%, siendo mayormente observado en el género masculino.
¿Existe tratamiento para el TEL?
Si, el tratamiento de niños con trastorno del lenguaje, se enfoca principalmente en el desarrollo integral del individuo, ya sea desde la esfera psíquica, afectiva, social y cognitiva. Por ello, cuanto más tempranamente se pesquise el problema, mejor es el pronóstico y avance de recuperación. Sin embargo, por desgracia a veces la latencia en la concientización de los padres respecto al problema de sus hijos esperando una evolución espontanea, se traduce en una pérdida de oportunidades respecto a la plasticidad neuronal.
Entonces, es necesario que como padres seamos capaces de observar el desarrollo del lenguaje de nuestros hijos, con marcadores tan simples como adquisición de palabras desde el primer año o construcción de frases de dos palabras bordeando los dos años y medio de edad.
¿Qué podemos hacer desde el hogar?
La estimulación en el hogar es fundamental en el éxito del tratamiento. Y para ello existen tareas tan naturales como cocinar juntos, comentar sobre lo que se está realizando o leer cuento todos los días, de esta forma estará contribuyendo a focalizar la atención por lapsos prolongados y a desarrollar habilidades de construcción narrativa.
Sin embargo, una de las consultas que mayormente llegan a Centro de salud Arvida es ¿Cómo corrijo a mi hijo cuando habla mal? ¿Qué le digo a su abuela cuando refuerza el habla de guagüita? Cuando un niño comete errores de articulación o de construcción de las palabras, lo indicado es proporcionarle en primera instancia el modelo incorrecto, de esta forma estaremos estimulando una autocorrección natural, en caso contrario, debemos comparar entre el modelo correcto y la emisión que él es capaz de realizar.
Por otra parte, debemos encargarnos de dar seguridad al niño para que produzca sus emisiones. No es aconsejable corregirlo delante de su entorno inmediato. Si bien debe ser consciente de sus errores para corregirlos, no debemos hacer que se avergüence de ellos e inhibirlo para realizar interacciones futuras con pares comunicativos.
Por último la forma más adecuada de ayudar a nuestros hijos es mediante la intervención de un terapeuta del lenguaje o fonoaudiólogo, profesional idóneo para la evaluación, diagnóstico y terapia de estos trastornos. Este último planificará en forma individual el tipo de abordaje, valorando no solo los déficits, sino que sobre todo las capacidades y habilidades que permitan el trabajo junto a la familia.
En centro de salud Arvida ofrecemos para usted, atención de fonoaudiólogo. Profesional formado íntegramente en las áreas científico-humanista, especializado en las habilidades de evaluación, diagnostico y tratamiento de patologías de la comunicación humana, motricidad orofacial y deglución.