En la comunidad de Piutril Santa Ema, ubicada en Collipulli, Región de La Araucanía, un grupo de mujeres mapuche ha logrado todo un hito cultural: la revitalización del wizün, la alfarería tradicional. Este arte ancestral, olvidado por décadas en esta zona, ha sido recuperado por diecisiete alfareras que, desde hace más de 12 años, han transformado este oficio en una herramienta de conexión con su identidad y fuente de sustento económico.
La alfarería mapuche no es solo funcional, sino que es un reflejo profundo de su cosmovisión y espiritualidad, en la que cada pieza transmite valores como la fertilidad, la protección y la abundancia. En su taller, estas mujeres elaboran piezas utilitarias y ceremoniales como el metawe (vasija) o el rali (plato), esenciales en rituales tradicionales.
Lucía Maldonado, presidenta de la agrupación, destaca que el renacer de este oficio ha permitido no solo redescubrir una práctica olvidada, sino también fortalecer los lazos comunitarios: “Revitalizar este oficio nos ayuda a extender la historia del pueblo mapuche y unirnos entre generaciones. Las más jóvenes ya están aprendiendo, y esto asegura que nuestra tradición perdure”.
El trabajo de estas alfareras ha sido impulsado gracias a la colaboración de CMPC, que desarrolló una exhaustiva investigación sobre la alfarería mapuche, enfocándose en la cultura Pitrén del período alfarero temprano. “Compartimos con ellas los resultados de un análisis arqueológico y simbólico para que pudieran incorporar este conocimiento en sus creaciones”, señala Juan Carlos Navia, jefe de área Cultura y Formación en CMPC. Este tipo de apoyo, añadió, es esencial para preservar la riqueza cultural mapuche y dar a conocer su relevancia dentro del patrimonio nacional.
Con este conocimiento, las artesanas han podido fortalecer su práctica, elaborando piezas cargadas de significado que no solo conectan con su herencia cultural, sino que también contribuyen a mejorar la economía familiar.
Cabe destacar, que las creaciones de la agrupación se comercializan en la tienda Primeros Pueblos, una iniciativa de CMPC que tiene como objetivo poner en valor y visibilizar los trabajos confeccionados por pequeños emprendedores de pueblos originarios y comunidades del sur de Chile.
“CMPC ha estado siempre, desde que iniciamos. Cuando nosotros quisimos partir con esto, golpeamos muchas puertas y la única que se abrió fue en CMPC. Nosotras queríamos aprender un oficio y la empresa nos escuchó. Ellos han estado siempre presentes, en distintas capacitaciones y en el proceso de la alfarería”, agrega Lucia.
A través de este oficio, las alfareras no solo mantienen viva una tradición, sino que también demuestran que el arte puede ser un puente entre el pasado y el presente, fortaleciendo la identidad y la comunidad. En cada pieza que elaboran, estas mujeres plasman un mensaje de resiliencia, creatividad y conexión con la naturaleza, características inherentes al espíritu mapuche.